sábado, 28 de noviembre de 2009
El pueblo de Motupe está ubicado a 90 kilómetros al norte de la ciudad de Chiclayo, en el departamento de Lambayeque, en la costa del Perú. El 5 de agosto de 1868, en Motupe, un joven de 22 años llamado José Mercedes Anteparra descubrió, dentro dc una gruta del cercano y empinado cerro Chalpón, tina cruz de madera de gavacán de unos dos metros de largo.Hacia tiempo que esta cruz era buscada, y su descubrimiento se debió nada menos que al empecinado deseo de sus tic-les por hallarla.
La historia de esta cruz, y de otras dos más, es la siguiente. En el año 1860 apareció en Motupe un religioso franciscano de nombre Juan Abad, el cual llevaba una vida muy recogida y austera. El pueblo lo llamaba el Ermitaño o padre Abad y nadie sabía dónde moraba. Juan Abad se presentaba los días sábado en Motupe y Olmos alternadamente; rezaba el rosario en el templo, decía misa. Bautizaba y luego desaparecía.
En ambos pueblos el Ermitaño hizo buenos amigos, quienes le daban posada y alimento, pero nunca dinero. Fue a través de estos amigos que con el tiempo se supo que el religioso había construido tres cruces y que las había instalado en tres cerros de la región: (thalpón, Penachi y Rajado, aunque no se conoció nada sobre los sitios exactos donde estaban. Así como Juan Abad apareció, desapareció. Parece ser que se interné en la sierra, en donde contrajo la enfermedad de lchismaniasis, uta. Murió en Lima el 13 de octubre dc 1866.
viernes, 20 de noviembre de 2009
La cultura Moche o Mochica surge y se desarrolla en los siglos I y VII, teniendo como escenario la larga y angosta franja desértica de la costa norte del Perú donde se encuentran los restos de sus templos piramidales, palacios, fortificaciones, obras de irrigación y cementerios que testimonian su alto desarrollo artístico, tecnológico y compleja organización.
Los Mochica vencieron al desierto mediante la irrigación artificial desviando el agua con canales provenientes de los ríos que bajan de los Andes. Su ingeniería hidráulica les permitió contar con excedentes agrícolas y una sólida economía que, complementada con los productos del mar, constituyó la base de su portentoso desarrollo.
Los Mochica innovaron la tecnología y producción metalúrgica con el uso intensivo del cobre en la fabricación de ornamentos, armas y herramientas. Su más importante proeza fue dorar el cobre con una sofisticada técnica que obteniene los mismos resultados que el sistema electrolítico inventado en Europa recién a fines del siglo XVIII.
Los guerreros debieron gozar de un status especial y formar pequeños ejércitos profesionales, fuerza coercitiva de control, dominio político y cautela territorial, como lo demuestran las complejas edificaciones militares estratégicamente emplazadas en los valles y las extensas murallas que demarcaron los señoríos o pequeños reinos.
Para los Mochica, amantes de la vida, la muerte no constituía el final. Los hombres seguían viviendo en otra esfera del mundo con sus mismas obligaciones o privilegios, razón que llevó a sepultarlos con provisiones y bienes. Los entierros reflejaban así la función y lugar de cada hombre dentro de su sociedad.
SEÑOR DE SIPAN
Antes del descubrimiento de la tumba del Señor de Sipán, los estudiosos pensaban que las imágenes o representaciones del arte Mochica formaban parte de escenas mitológicas sólo existentes en la imaginación de sus creadores. Por ello fue una sorpresa constatar que muchos de los emblemas, ornamentos y atuendos encontrados en este magnifico entierro, los cuales fueron usados en vida por su propietario, resultaban semejantes a los figurados en los temas clásicos del arte Mochica, principalmente en "La presentación" o "Sacrificio de prisioneros". La correspondencia de símbolos y ornamentos no podía ser más exacta, lo que constituyó una clave importante para reconocer el rol y jerarquía del Señor cuya tumba acabábamos de descubrir.
El Señor de Sipán ocupaba la cúspide de la estructura social y política de su tiempo con un carácter semidivino, a juzgar por los objetos encontrados y por sus acompañantes.
Diferentes vestimentas y ornamentos del Señor aparecen también en otras representaciones del mundo Mochica. Así, encontramos las orejeras con el ave sagrada en el "ritual de purificación", el tocado de algodón en las "carreras rituales", la túnica de placas metálicas en la "danza con soga", entre otras. Suponemos entonces que el Señor de Sipán habría presidido todo evento sagrado o actividad gubernativa.
Su deteriorada osamenta nos permite saber que murió a una edad promedio de 40 años y que, con excepción de una incipiente artritis, gozaba de buena salud. Su estructura corpórea demuestra poco trabajo físico y el escaso desgaste dental habla de una dieta especial. Esto le permitió alcanzar una estatura de 1.67 m (alta para su época). Las particularidades físicas que muestra señalan una especial forma de vida y caracteres hereditarios: debió integrar una casta de hombres nobles que heredaban el poder.