miércoles, 16 de diciembre de 2009
Representación hipotética de la Sacerdotisa de Moro. Monumento Ubicado a la entrada de Chepén
El Personaje C
estilo moche, que ya se estaban exhibiendo en museos del extranjero. Fue en el
vecino pueblo de San José de Moro en donde hicieron los descubrimientos (1991 y 1992) de
dos mujeres que vivieron en el periodo moche tardío y que ocuparon uno de los más altos
rangos de la sociedad moche de ese lugar. Una de las mujeres desenterradas tenía una corona
con dos penachos doblados y lo más importante es que a su costado reposaba uno de
los copones que estaban buscando: “Cerca de su mano derecha se halló una copa de cobre
con pedestal cónico, muy semejante a las copas que aparecen en las representaciones de la
Ceremonia del Sacrificio que contenían la sangre de los sacrificados”
Para sus descubridores y para el mundo científico estaba muy claro que se había descubierto
al personaje C de La Ceremonia del Sacrificio. Lo interesante de este sitio es que
presenta una ocupación continua de 1000 años y es en este lugar donde se han encontrado
personajes mujeres que desempeñaron roles estelares en diferentes periodos culturales y
no solamente moche. Al no haberse encontrado otros personajes de alto rango (hombres
o mujeres) de élite en el lugar, surge una pregunta ¿a quién entregaba la copa o copón que
portaba la Sacerdotisa? Siendo un personaje aislado, sin asociación con otros de su igual o
mayor nivel, nos volvemos a preguntar ¿porqué entonces se la dibujó junto a otros personajes
como formando parte de una élite moche? Otra vez se puede pensar que en el Valle
de Jequetepeque se desarrolló un proceso diferente al de la zona sur, menos centralizado y
seguramente con características particulares que ya han sido planteadas por Jaime Castillo
y Donnan en sus varios trabajos.
El Señor de Sipán y el Personaje A
Fue La Ceremonia del Sacrificio (entre otros) la que permitió a Wálter Alva identificar al Señor de Sipán como el personaje más importante de la élite ya que ostenta elementos funerarios, de rango, de poder y de culto muy característicos de tal investidura. Esta caracterización del Señor de Sipán hasta el momento no ha sido cuestionada y parece que los siguientes descubrimientos lo que han hecho es reforzarla. Una de las muchas interrogantes que se están desplegando en estos tiempos es la razón o las razones por las cuales La Ceremonia del Sacrificio ya no puede ser utilizada para caracterizar al Viejo Señor de Sipán, considerado de igual rango que el Señor de Sipán. Efectivamente si bien existen elementos para suponer grandes coincidencias, existen otros que sugieren importantes diferencias como el caso del tocado o corona que en el caso del Viejo Señor es más bien modesta y no tiene la espectacularidad del Señor de Sipán y del Personaje A del gráfico moche. En esta línea Ricardo Uceda se preguntaba “Si el Señor de Sipán es lo mismo que el Viejo Señor entonces ¿porque tienen tocados diferentes?” (2008) Lo anterior nos sugiere entonces que habrá que tomar con cautela el mencionado gráfico ya que expresaría una realidad de su tiempo y que no podría servir para caracterizar a la élite moche de todos los periodos. Al respecto se reconoce que La Ceremonia del Sacrificio fue dibujada durante la fase IV de la cultura Moche y bien puede representar a la élite de su tiempo. Volviendo nuevamente al tema, Wálter Alva sostiene que tres son los elementos fundamentales que le sirvieron para identificar al Señor de Sipán como tal: el cetro de oro, el protector coxal y la corona semilunar (Conferencia, julio 2008). Son justamente dos de estos tres elementos que también ostenta el personaje A de la Ceremonia del Sacrificio.
martes, 15 de diciembre de 2009
finos pinceles en color rojo - marrón sobre fondo crema en el que el artista parece representar
en conjunto una escenificación de lo que podría haber sido una escena de sacrificio
en esos tiempos. El artista, seguramente siguiendo cánones establecidos o tratando de dar
mayor realismo divide la escena en dos partes y para ello se vale de una serpiente mítica
de dos cabezas con sus bocas abiertas y provistas de brazos humanizados, posiblemente
dispuesta a devorar a quienes quisieran atravesar el nivel superior, lo que podría simbolizar
la división entre el mundo real y el mundo espiritual. En la parte inferior se aprecian escenas
en la que personajes con atuendos especiales (indicando su rango) como que extraen algo
del interior de dos cuerpos de personas atadas. Se ven armas diversas como en movimiento,
un ser mítico sentado en un anda que parece presidir las acciones anteriores. En la parte
superior de la escena aparecen cuatro personajes que por su indumentaria tan espectacular
y por sus actitudes representan a integrantes de la élite ya que portan elementos funerarios,
de rango, mando y culto bastante característicos. Estos cuatro personajes son distintos, dos
de ellos, situados en los extremos, son más grandes, están mejor ataviados y parecieran representar
los de mayor rango. Los otros dos personajes, situados entre los anteriores, parecieran
ser de rango inferior, siendo una de ellas mujer, y ambos parecen dirigirse al personaje
ubicado en el extremo izquierdo.
Estos cuatro personajes pertenecerían a la élite de la sociedad Moche y, por la indumentaria1
y elementos que cada uno exhibe se arguye que tendrían funciones diferentes dentro de
esa jerarquía. A falta de mayor información fueron designados como los personajes A, B, C y
D. Sobre esta base los arqueólogos están sosteniendo que el Señor de Sipán es coincidente
con el Personaje A, que el Sacerdote de Sipán se asemeja al Personaje B, que la Sacerdotisa
de Moro tiene grandes coincidencias con el Personaje C; mientras que no existe la certeza
de haberse encontrado al Personaje D ya que se tienen hasta tres candidatos: la Señora de
Cao, el Personaje de la Tumba 14 de Sipán y el Señor de Úcupe.
PERSONAJE D DE LA ELITE MOCHE
PERSONAJE D
DE LA ELITE MOCHE
logrado regresar de su profundo sueño a tres de los cuatro personajes más importantes de
la élite Moche, representados en el gráfico de “La Ceremonia de los Sacrificios”. Probablemente
los personajes A, B y C del famoso gráfico correspondan al Señor de Sipán (Huaca
Rajada), al Sumo Sacerdote (Huaca Rajada) y a la Sacerdotisa de Moro (San José de Moro).
Sin embargo existen dudas razonables sobre el personaje D del gráfico moche, denominado
por algunos como el “Mellizo del Personaje A”.
Los descubrimientos arqueológicos recientes de: la Señora de Cao (Valle de Chicama), el Personaje
de Élite de la Tumba 14 de Sipán (Valle Chancay –Lambayeque) y el Señor de Úcupe (Valle de
Zaña), nos ponen en la posibilidad de afirmar si alguno de ellos representa el Personaje D que
los arqueólogos están buscando para completar la galería de personajes del más alto rango de la
sociedad moche.
Sin quererlo entonces, los arqueólogos especializados en el mundo Moche, están protagonizando
una versión real de “En Busca del Arca Perdida” y que, a diferencia de Indiana Jones,
se trata de arqueólogos de carne y hueso que tienen un amplio conocimiento del tema y que
expresan respeto por la cultura material y espiritual de los pueblos de ayer y de hoy
viernes, 4 de diciembre de 2009
un breve imforme del señor de sipan
INFORME
DE LA VISITA AL SEÑOR DE SIPÁN
Gracias a esa visita pudimos observar muchas cosas sobre el Señor de Sipán y conocer como fue su hallazgo y presenciar como fue su entierro.
Tuve el agrado de conocer una persona de una pequeña tienda donde esa persona escribía y hacia un poco de cerámica y relataba historias de los tiempos del Sipán
Donde el señor nos redacto una pequeña historia.
Sobre una gentila que se les presentaba a las personas por intermedios de encantos malignos y a tentadores que hacían que la persona caiga y se rindiera a sus encantos.
Y continuamos con el recorrido del viaje donde nos dirigimos al museo del sitio del señor de sipan donde se encontraban las culturas y todas lo que fue a hallado en la investigación del Arqueólogo Peruano Walter Alva, de nuestro antiguo Perú y Lambayeque.
Donde descubrieron huacos preciosos, tocados de cobre, chaquiras, piedras preciosas que eran muy valiosas.
También pudimos observar como ellos podían construir sus casas con unos adobes fuertes y grades que resistían cualquier lluvia o cosa que podría pasarles.
También era un personaje muy querido por su gente y era un gobernante de mucha jerarquía y rodeado de muchas joyas y collares orejeras cetros y brazaletes era un hombre que estaba rodeado de mucho oro y plata
Fue un personaje con un poder grande donde se le hallo sepultado en un ataúd de cañas con ocho personas. A su costado y fue encontrado con mujeres y animales y guardianes.
Que Rodeaban su sepulcro dando a conocer que estaba enterrado un personaje de alta jerarquía y era muy importante.
Dei nos dirigimos a las tumbas del señor de sipán donde ahí pudimos presenciar como habían ocurrido los hechos y los hallazgos del señor de sipan hubieron cuatro descubrimientos que se han hecho.
El viejo señor de sipan el que fue saqueado por personas que se dedicaban a estar guaqueando por las noches y se sacaban las cosas. Y no dejaban nada arrasaban con todo
Lo que podían encontrar.
Cuando encontraron al señor de sipan cuando comenzaron a cavar encontraron vasijas
Con evidencia de restos orgánicos probablemente de las comidas y bebidas que eran de ofrendas que la gente le ofrecía en su entierro al señor de sipan.
El señor de sipan tuvo una techumbre de vigas de algarrobo colocados en sentidos opuestos y cubierto con tierra y bloques de adobes
Contaba con un guardián que cuidaba de en la funeraria del señor de sipan le encontraron sus bienes y armas de combates ornamentos orejeras cetros, collares o emblemas que se utilizaron para distintos y específicos eventos y sermoneas o presentaciones antes sus súbitos.
También dice que se logro rescatar o recuperar una tumba de un sacerdote figurado como un “hombre búho” también una sacerdotisa.
Pero los arqueólogos todavía siguen cavando para seguir encontrando y desterrando mas cosas. Para poder darlas a conocerlas y si poder saber mas sobre nuestros antiguos personajes de nuestro Perú- Lambayeque.
En las pirámides o (Guaca Rajada) cuentan con un mirador para que las personas que vallan a visitar las pirámides donde fue encontrado el señor de sipan puedan tener un mejor panorama.
Gracias al descubrimiento del señor de Sipán, actitud frente a la cultura y hacia la arqueología, llegamos a tener descubrimientos donde pudimos saber que existían personajes mucha jerarquía de mando donde personas les brindaban todo tipo de rituales para que ellos se puedan sentir adorados por su gente. Luego de meses de exhaustivo trabajo, fue posible recuperar intacta la llamada Tumba del Señor de Sipán, el primer complejo funerario construido para albergar los restos de un Gobernante del antiguo Perú, lo que significó un aporte invalorable para el desarrollo de posteriores investigaciones científicas sobre las condiciones socio-económicas, políticas, tecnológicas y religiosas de los Moches o Mochicas.
sábado, 28 de noviembre de 2009
El pueblo de Motupe está ubicado a 90 kilómetros al norte de la ciudad de Chiclayo, en el departamento de Lambayeque, en la costa del Perú. El 5 de agosto de 1868, en Motupe, un joven de 22 años llamado José Mercedes Anteparra descubrió, dentro dc una gruta del cercano y empinado cerro Chalpón, tina cruz de madera de gavacán de unos dos metros de largo.Hacia tiempo que esta cruz era buscada, y su descubrimiento se debió nada menos que al empecinado deseo de sus tic-les por hallarla.
La historia de esta cruz, y de otras dos más, es la siguiente. En el año 1860 apareció en Motupe un religioso franciscano de nombre Juan Abad, el cual llevaba una vida muy recogida y austera. El pueblo lo llamaba el Ermitaño o padre Abad y nadie sabía dónde moraba. Juan Abad se presentaba los días sábado en Motupe y Olmos alternadamente; rezaba el rosario en el templo, decía misa. Bautizaba y luego desaparecía.
En ambos pueblos el Ermitaño hizo buenos amigos, quienes le daban posada y alimento, pero nunca dinero. Fue a través de estos amigos que con el tiempo se supo que el religioso había construido tres cruces y que las había instalado en tres cerros de la región: (thalpón, Penachi y Rajado, aunque no se conoció nada sobre los sitios exactos donde estaban. Así como Juan Abad apareció, desapareció. Parece ser que se interné en la sierra, en donde contrajo la enfermedad de lchismaniasis, uta. Murió en Lima el 13 de octubre dc 1866.
viernes, 20 de noviembre de 2009
La cultura Moche o Mochica surge y se desarrolla en los siglos I y VII, teniendo como escenario la larga y angosta franja desértica de la costa norte del Perú donde se encuentran los restos de sus templos piramidales, palacios, fortificaciones, obras de irrigación y cementerios que testimonian su alto desarrollo artístico, tecnológico y compleja organización.
Los Mochica vencieron al desierto mediante la irrigación artificial desviando el agua con canales provenientes de los ríos que bajan de los Andes. Su ingeniería hidráulica les permitió contar con excedentes agrícolas y una sólida economía que, complementada con los productos del mar, constituyó la base de su portentoso desarrollo.
Los Mochica innovaron la tecnología y producción metalúrgica con el uso intensivo del cobre en la fabricación de ornamentos, armas y herramientas. Su más importante proeza fue dorar el cobre con una sofisticada técnica que obteniene los mismos resultados que el sistema electrolítico inventado en Europa recién a fines del siglo XVIII.
Los guerreros debieron gozar de un status especial y formar pequeños ejércitos profesionales, fuerza coercitiva de control, dominio político y cautela territorial, como lo demuestran las complejas edificaciones militares estratégicamente emplazadas en los valles y las extensas murallas que demarcaron los señoríos o pequeños reinos.
Para los Mochica, amantes de la vida, la muerte no constituía el final. Los hombres seguían viviendo en otra esfera del mundo con sus mismas obligaciones o privilegios, razón que llevó a sepultarlos con provisiones y bienes. Los entierros reflejaban así la función y lugar de cada hombre dentro de su sociedad.
SEÑOR DE SIPAN
Antes del descubrimiento de la tumba del Señor de Sipán, los estudiosos pensaban que las imágenes o representaciones del arte Mochica formaban parte de escenas mitológicas sólo existentes en la imaginación de sus creadores. Por ello fue una sorpresa constatar que muchos de los emblemas, ornamentos y atuendos encontrados en este magnifico entierro, los cuales fueron usados en vida por su propietario, resultaban semejantes a los figurados en los temas clásicos del arte Mochica, principalmente en "La presentación" o "Sacrificio de prisioneros". La correspondencia de símbolos y ornamentos no podía ser más exacta, lo que constituyó una clave importante para reconocer el rol y jerarquía del Señor cuya tumba acabábamos de descubrir.
El Señor de Sipán ocupaba la cúspide de la estructura social y política de su tiempo con un carácter semidivino, a juzgar por los objetos encontrados y por sus acompañantes.
Diferentes vestimentas y ornamentos del Señor aparecen también en otras representaciones del mundo Mochica. Así, encontramos las orejeras con el ave sagrada en el "ritual de purificación", el tocado de algodón en las "carreras rituales", la túnica de placas metálicas en la "danza con soga", entre otras. Suponemos entonces que el Señor de Sipán habría presidido todo evento sagrado o actividad gubernativa.
Su deteriorada osamenta nos permite saber que murió a una edad promedio de 40 años y que, con excepción de una incipiente artritis, gozaba de buena salud. Su estructura corpórea demuestra poco trabajo físico y el escaso desgaste dental habla de una dieta especial. Esto le permitió alcanzar una estatura de 1.67 m (alta para su época). Las particularidades físicas que muestra señalan una especial forma de vida y caracteres hereditarios: debió integrar una casta de hombres nobles que heredaban el poder.